Entre las lista de variedades más conocidas hay uvas que han desempeñado un papel silencioso pero importante durante siglos. Algunas aportan estructura o frescura, otras complejidad o longevidad. Algunas casi han desaparecido, eclipsadas por variedades de mayor éxito comercial, pero siguen apareciendo en mezclas u, ocasionalmente, como vinos monovarietales. He aquí cinco variedades de uva de las que quizá no oigas hablar tan a menudo, pero que ayudan a definir algunas de las regiones vinícolas más famosas del mundo.
Muscadelle. Un impulso aromático en las mezclas blancas de Burdeos
La región de Burdeos es famosa por la Cabernet Sauvignon, Merlot, Sauvignon Blanc y Semillón. La Muscadelle desempeña un papel discreto pero importante en los vinos blancos secos y dulces de Burdeos, aportando aromas florales y de uva a las mezclas. Aunque sólo representa un pequeño porcentaje, su perfume realza tanto los blancos secos de Pessac-Léognan como los vinos dulces de botritis de Sauternes y Monbazillac.
Fuera de Burdeos, la muscadelle ha encontrado su hogar en la región australiana de Rutherglen, donde contribuye a la elaboración de vinos generosos y desarrolla intensas notas de frutos secos y caramelo con el tiempo. Aunque su acidez es baja y es propensa a las enfermedades fúngicas, aparece ocasionalmente como vino varietal ligero y floral en el suroeste de Francia.
Graciano: Difícil de cultivar, pero Rioja no sería lo mismo sin ella
Rioja es famosa por la Tempranillo, Garnacha. La graciano es una uva de maduración tardía y bajo rendimiento que aporta una acidez fresca, taninos firmes y un color intenso a las mezclas de Rioja. Aunque representa poco más del 2% de las plantaciones de uva tinta de la región, desempeña un papel importante en los vinos Reserva y Gran Reserva, ayudándoles a conservar su estructura y a envejecer con elegancia.
Altamente resistente a la sequía, la Graciano prospera en el clima cálido de Rioja, pero sigue siendo difícil de cultivar. Su susceptibilidad a las enfermedades fúngicas y su escaso rendimiento han limitado históricamente las plantaciones, lo que ha llevado a muchos viticultores a decantarse por variedades más fiables como Tempranillo y Garnacha.
Cuando está completamente madura, la Graciano ofrece sabores concentrados de fruta negra con notas florales y especiadas, pero la fruta menos madura puede mostrar un carácter herbáceo. Aunque tradicionalmente se utiliza en mezclas, un número creciente de productores experimenta con expresiones monovarietales, destacando su estructura y potencial de envejecimiento.
Además de en Rioja, la Graciano se planta en Navarra, Languedoc-Rosellón (donde se conoce como Morrastel) e incluso en algunas zonas de Australia y California, donde los vinicultores aprecian su acidez y resistencia en condiciones cálidas.
Aligoté. La otra uva blanca de Borgoña
En Borgoña la Chardonnay y la Pinot Noir son las variedades reinas. La aligoté se cultiva en Borgoña desde hace mucho tiempo, pero a menudo se ve eclipsada por la uva blanca más plantada en la región, la Chardonnay. Produce vinos blancos magros, muy ácidos, de cuerpo ligero, con aromas de cítricos, manzana verde y, a veces, un sutil carácter mineral.
Aunque históricamente la aligoté se ha utilizado en vinos más sencillos es capaz de producir vinos de mayor calidad cuando se cultiva en lugares favorables donde puede alcanzar su plena madurez. Sin embargo, como los viñedos de primera calidad suelen reservarse para la Chardonnay y la Pinot Noir, los ejemplos de alta calidad siguen siendo relativamente escasos.
Una excepción es el pueblo de Bouzeron, que es la única denominación de Borgoña dedicada específicamente a la Aligoté, reconociendo su potencial para producir vinos frescos, bien equilibrados y de notable profundidad.
Sylvaner. Una clásica de Alsacia que pasa desapercibida
Riesling, Gewürztraminer, Pinot Gris son la variedades principales en la región de Alsacia. La Sylvaner, antaño ampliamente plantada en Alsacia, ha disminuido en favor de variedades más fiables comercialmente, como la Pinot Gris y la Pinot Blanc, más fáciles de cultivar. A pesar de ello, sigue siendo una fuente de vinos de gran calidad y buen precio, sobre todo a partir de viñas viejas, muchas de las cuales tienen ahora más de 40 años.
Aunque la Sylvaner (o Silvaner en Alemania) se utiliza ahora sobre todo para vinos regionales, sigue ocupando un lugar especial en el Grand Cru Zotzenberg, que sigue siendo el único Grand Cru de Alsacia que permite su uso. Aquí, puede producir vinos con mayor profundidad, complejidad y potencial de envejecimiento, demostrando que, en las condiciones adecuadas, puede ofrecer algo más que estilos sencillos y de consumo temprano.
Las uvas menos cultivadas de Champaña
Los cultivos de Chardonnay, Pinot Noir, Pinot Meunier son los mayoritarios en la región de Champaña y son la base del Champagne moderno, no obstante hay otras cuatro variedades de uva permitidas, Petit Meslier, Arbane, Pinot Blanc y Fromenteau (Pinot Gris), las cuales siguen teniendo un lugar en los viñedos de la región. Aunque se cultivan en cantidades mínimas, ofrecen una visión del pasado de Champagne y siguen presentes en mezclas selectas y vinos base nicho.
Cada una de estas variedades aporta algo distinto:
– La Petit Meslier conserva una acidez elevada incluso en los años más cálidos, por lo que resulta útil para equilibrar la madurez.
– La Arbane, casi extinguida, aporta aromas florales y una textura delicada.
– El Pinot Blanc aporta redondez y sutiles sabores frutales, aunque es más común en Alsacia.
– El Fromenteau (Pinot Gris) aporta una textura rica y notas de fruta de hueso, pero su tendencia a oxidarse lo ha hecho menos común.
Aunque su presencia en la producción general es limitada, algunos productores las incorporan en mezclas o las destacan en vinos base como «Les 7» de Champagne Laherte, que incluye las siete variedades permitidas.
Post publicado inicialmente en WSET Global´s website, traducido y adaptado por Artean Wines